El Museo Vostell Malpartida. Una joya escondida

En España hay muchos lugares llamativos e inesperados. Sorpresas que aparecen donde menos lo esperas y te saltan a la retina primero, para quedarse luego en tu memoria para siempre.

Y no son pocos. Centenares, quizá miles, de edificios, grutas, restos históricos de todo tipo y hasta museos insólitos salen al paso en cualquier lugar, desde los más conocidos y turísticos, a los esparcidos por rincones realmente complicados de acceder o en los que ni de lejos el viajero llegará a imaginar lo que puede encontrar.

Uno de ellos lo tenemos entre un paisaje realmente atractivo, y por ello está declarado «Parque natural”. Allí se guarda un contenedor que por sí sólo ya merecería una visita, puesto que probablemente sea el lavadero de lanas más completo de España. Y si con ello ya sería un paisaje y un patrimonio industrial de primer orden, su interior es realmente increíble y más si se tiene interés por el arte contemporáneo y sus vanguardias.

Este museo se debe al artista alemán nacido en Leverkusen Wolf Vostell (1932-1998) una de las figuras centrales del movimiento Fluxus.

Ver aquí un interesante documental sobre Vostell

Vostell estudió pintura, fotografía y tipografía experimental en la Escuela de Artes y Oficios de Wuppertal y en los primeros años 50 comenzó su producción artística con su primer happening y la curiosa serie de collages donde integraba trozos de carteles publicitarios que desprendía con navaja de las paredes.

Tras su estancia en París, vino a España en 1958 junto con su amigo y colega Karl Ott y recalaron en Guadalupe para estudiar la obra de Zurbarán, y donde –según un extremeño que conoció en París- Podría alojarse gratis, y restaurar los cuadros en un monasterio donde hablaban alemán. Como es fácil suponer, ni le dejaron acercarse a los cuadros, ni le dieron alojamiento, ni en el monasterio hablaba nadie alemán. Sin embargo, se alojó un tiempo en el pueblo y comenzó la relación con Mercedes Guardado, una de las maestras de Guadalupe, con la que estaría unido hasta la muerte del artista en Berlín el 3 de abril de 1998.

Ambos vivieron en la capital alemana, donde sería reconocido como un importante artista Fluxus, por ello tuvo posibilidades de contar con secretaria y asistentes. Sus actividades artísticas le llevaban desde Nueva York (donde en 1963 conoció a Yoko Ono) a Italia y a España, donde en 1976 la pareja decidió comprar una casa en la localidad extremeña de Ceclavín, pueblo natal de Mercedes.

En algún momento Vostell llegó a Malpartida, a doce kilómetros de Cáceres, y el paisaje rocoso de Los Barruecos le impresionó tanto que unilateralmente lo declaró «obra de arte de la naturaleza». En ese mismo paraje, aprovechando que había un antiguo lavadero de lanas en venta, decidió crear un lugar donde combinar las formaciones naturales con obras de arte y creó allí el Museo Vostell Malpartida que fue inaugurado en 1998.

Más información en la web del Museo Vostell  y en Wikipedia 

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